Trilogía Egoísta En el quinto programa de Comicxplotation os traemos tres obras editadas en España por Norma Editorial que han cosechado grandes éxitos de venta y críticas allá por los países por los que se han paseado. Tres cómics que se pueden leer cada uno sin tener conocimiento de los otros dos, pero que leídos cronológicamente por orden de publicación forman un conglomerado férreo en el que se retroalimentan y combinan de tal manera que dan lugar a una trilogía compacta y bien anexionada: la Trilogía Egoísta.
Entre sus páginas nos encontraremos lugares, personajes y ambientaciones muy reales y cercanos, que dotan a sus tramas y subtramas de una visión tan cotidiana y contemporánea que da un poco de miedo y hacen sentir al lector una incomodidad por un lado necesaria y por otro lado tan entretenida que te atrapa al instante. El género negro y el thriller son constantes también en las tres obras, así como los problemas familiares y/o personales de los personajes protagonistas, el tratamiento del arte pictórico y escultórico como elementos de estatus social (tratados tanto metafóricamente como oníricamente), las complicadas relaciones sociales y juegos de poder dentro del ámbito laboral, el engaño, la sed de venganza, los resquemores, el arribismo y la conveniencia, la traición, etc.
Trilogía Egoísta / Yo asesino.
El primer tomo de la trilogía nos presenta a un personaje que nos recuerda mucho a uno de los autores, Antonio Altarriba (El arte de volar, El ala rota), y es totalmente normal que lo haga, ya que como ha confesado el propio guionista, el dibujante Keko (4 botas, El perdón y la furia) hizo un boceto del personaje con sus facciones a modo de broma y él recogió el guante, pero para quedárselo. Siendo Enrique (el protagonista) un profesor catedrático de la Universidad del País Vasco como él, y teniendo una doble vida de asesino en la sombra como él…¿por qué no iba a parecérsele? Este chascarrillo de Altarriba siempre relaja la tensión si lo conocemos antes de adentrarnos en la historia, porque la verdad es que lo vamos a necesitar.
Como decíamos, Enrique es un catedrático de Historia del Arte, muy reconocido dentro del ámbito docente y con proyección internacional, siendo un ensayista y ponente aplaudido y admirado. En un principio parece que todo funciona en su vida a las mil maravillas. Pero un macabro “hobby” que mantiene a lo largo de los años empieza a hacer que todo se tambalee. Enrique lo confiesa: es un asesino. Un asesino en serie, pero no uno cualquiera, de hecho, esta definición al propio Enrique le molesta, ya que, debido a su código ético y metodológico autoimpuesto, no sigue una regla establecida a la hora de cometer sus asesinatos. Este código es lo que le permite seguir asesinando a lo largo de los años sin levantar ningún tipo de sospechas, o eso es lo que le parecía hasta el momento en que comienza la historia en el cómic, ya que Enrique comienza a tener dudas de si algunas personas de su círculo cercano no serán conocedores de su oscuro secreto. Estas dudas y el hecho de que aparezca un enemigo suyo asesinado con una puesta en escena ligada a un ensayo realizado por él hace años sobre las obras de Goya Los desastres de la guerra, poniéndole ante la policía como sospechoso del crimen, así como su caída al vacío dentro del ámbito docente y cultural en el que se mueve, hacen que la presión se cierne sobre él.
Muchos otros temas son tratados en esta historia, enriqueciéndola y formando una novela río con subtramas a cada cual más interesante: la problemática del terrorismo en el País Vasco (recuerda en un momento dado Enrique su vivencia en primera persona de cierto atentado, tal y como lo vivió Altarriba), el politiqueo nacionalista imbricado en las instituciones, su vida familiar de pareja decadente y anodina, la vida impersonal e invisible de ciertas personas, su falta de motivación a la hora de asesinar (no lo mueve ningún trauma o necesidad, lo hace porque quiere y puede), sus puestas en escena con los cadáveres y formas de morir (puras performances artísticas), etc.
Un cómic de género negro puro, el thriller que propone Altarriba es acompañado por los dibujos en blanco y negro de Keko de una manera sublime, haciéndonos pensar que no podría ser dibujado de otra manera. El juego de luces y sombras y el uso de un único color, el rojo, que pone el foco de la mirada en ciertos elementos que intensifican el hecho del asesinato y la violencia, es algo que dota a la obra de un peso de densidad plúmbea que no hace más que elevar la calidad de esta obra.
Trilogía Egoísta / Yo, loco.
En la segunda entrega de la trilogía cambiamos el mundo académico que tan bien conoce el guionista y en el que se ha movido durante décadas por otro no menos interesante y para el que Altarriba realiza un trabajo de investigación del mundo empresarial de las grandes farmacéuticas, movidas por los intereses económicos por encima de la salud de los pacientes aquejados psicológicamente de las diferentes fobias y filias del mundo moderno, dotándolas de ciertos elementos satíricos que, si bien nos hacen dibujar una media sonrisa al ser tratados, no dejan de acercarse a una realidad que, ciertamente, se nos antoja cercana y terrorífica.
En Yo, loco, el protagonista es Ángel Molinos, un trabajador de alto standing de la empresa farmacéutica Otrament, filial de Pfizin, donde se dedican a inventar nuevas enfermedades mentales que calen en la sociedad para que el público general demande medicamentos para tratarlas, fidelizando de esta manera a la mayor cantidad de clientes entre la población. Ángel es un hombre castigado por los traumas de su niñez, un autor teatral venido a menos reconvertido en psicólogo analista y que se encuentra dentro de la maquinaria ejecutiva de la empresa en que trabaja. Atormentado últimamente por pesadillas con tintes metafóricos sobre los malos tratos y abusos sufridos por su padre durante su niñez, Ángel se ha convertido en una persona totalmente asexual.
Un día cualquiera, después de una reunión, y tras conocer a un personaje con el que tendrá que colaborar en su trabajo, decide colarse en una sección de las oficinas que está vedada a la mayoría del personal, encontrándose allí a un hombre encerrado, totalmente loco, que es víctima de la experimentación y sadismo de dos hombres de bata para fines totalmente económicos. Este hecho es el desencadenante de un viaje a la locura, pausado pero aparentemente inevitable, que atravesará nuestro protagonista, un viaje en el cual nos encontraremos ciertos personajes que reconoceremos si hemos leído antes Yo, asesino. También nos volvemos a mover dentro del País Vasco, reconociendo, como en la primera obra de la trilogía, paisajes naturales y urbanos gracias a la técnica realista/fotográfica de Keko, que continúa con su trabajo artístico de blanco y negro, luces y sombras, que tan bien combinan con el ambiente opresivo de las dos obras, aunque aquí bastante más agudizado, sobre todo en los pasajes oníricos, donde el dibujante saca músculo retratando el lado más enfermizo del protagonista, realzado, como no podía ser de otra manera, por el uso de un solo color por encima del blanco y negro: el amarillo.
Altarriba y Keko lo vuelven a hacer, nos presentan una obra sobresaliente de género negro y thriller altamente recomendable para un público adulto con una historia densa, inquietante y totalmente absorbente.
Trilogía Egoísta / Yo, mentiroso.
Obra final y conclusiva de la Trilogía Egoísta, Yo, mentiroso nos sumerge dentro de la política nacional para contarnos la historia de Adrián Cuadrado, asesor del gabinete de comunicación del Gobierno español, presidido por el corrupto partido de derechas PDP. Todo comienza con un hecho fortuito que viene a agravar los cimientos de su partido, que ya está en caída libre políticamente hablando, debido a la multitud de casos de corrupción que han salido a la luz y que la Fiscalía del Estado está llevando ante la Judicatura, y que copan los titulares de la sección política del país, haciendo que la onda expansiva afecte internacionalmente a la política europea: la aparición de tres cabezas dentro de tres botellas. Pero no son las cabezas de cualquier persona anónima. Se trata de las cabezas de tres personajes políticos que habían pactado con la Fiscalía para declarar en un juicio por corrupción en contra de su partido. A partir de aquí, todas las subtramas que se nos van presentando (el arte, el crimen, el sexo, los dramas familiares, las traiciones, el poder en la sombra, el revanchismo y el tráfico de influencias, entre otras) se van enrevesando y comienzan a casar los hechos relatados en Yo, asesino, dotando a la trilogía de cierta circularidad y sensación de cohesión de la que hablábamos al principio del artículo, sumando a ello la aparición de personajes de los anteriores álbumes.
Sobre el trabajo artístico nada que añadir con respecto a las obras anteriores, solamente destacar de nuevo el gran trabajo realizado por el dibujante y añadir que el color que aquí destaca sobre el blanco y negro es el verde, muy bien utilizado como elemento evocador de la mentira. El juego de tronos en el que está imbricada la política estatal, el juego sucio, las traiciones y favoritismos, entre otras muchas cuestiones que conforman la realidad contemporánea de la política nacional, tratados aquí sin ambages pero (de nuevo) de una manera satírica y a veces simple e incluso diría infantil (realzando lo absurdo de muchas situaciones) vuelve a acercarnos a nuestra realidad de una manera abrumadora e inquietante, haciéndonos sentir meros títeres dentro de los tejemanejes de un sistema en el que poco podemos hacer más que sentirnos arrastrados por las decisiones que toman otros por nosotros, conformando de esta manera una obra descarnada en este sentido, pero a su vez bastante esclarecedora, ya que, seamos o no conocedores de todos los hechos que aquí se cuentan, ocurridos entre los años 2016 y 2019 en nuestro país, podremos reconocer por los nombres ligeramente cambiados (Pedro Sanchís, el inspector Corralejo, PDP, Ganemos, Anita Díez, Godoy, etc) y por el físico magistralmente representado, amén de los diferentes hechos políticos y corruptelas acaecidos en esos años, disfrutaremos de la obra sí o sí.
Poco más que añadir, ya que estamos seguros que si os hacéis con cualquiera de los tres cómics, los disfrutareis e iréis de cabeza a por los otros dos, tal es la calidad de las tres obras. Simplemente decir que poco os hemos contado de lo que os encontraréis entre sus páginas, ya que son historias con mucho que descubrir y entretejer, muy inclinadas a su relectura para descubrir nuevos detalles que seguramente en una primera lectura no nos llamaron la atención, no por poco importantes, si no por el hecho de no tener la totalidad de la lectura de las tres obras en conjunto. Personalmente, Yo, asesino, Yo, loco y Yo, mentiroso, las considero lo que he dado en llamar “Historieta cum laude”.
Trilogía Egoísta AUDIO LIST
Walk on the wild side – Lou Reed
Psycho killer – Talking heads
Can I play with madness – Iron Maiden
Lie, lie, lie – Serj Tankian
Corazón de neón – Orquesta Mondragón
MR. WAZOVSKI COMICXPLOTATION RKV / RADIO LIVE MIÉRCOLES 22:00