Rock KV - Alice No Chains

Un pequeño tributo al legado musical de Alice In Chains recordando tres de sus mejores discos de estudio como Facelift (1990), Dirt (1992) y el homónimo Alice In Chains (1995); tres fantásticos álbumes que marcarían a toda una generación.

Surgidos de la escena musical de Seattle de finales de los años ochenta, Alice In Chains está considerada junto a Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden como una de las cuatro grandes bandas que dieron cuerpo al movimiento grunge. Liderados por el tándem formado por Layne Staley (voz) y Jerry Cantrell (guitarra, voz), más el apoyo de la solvente sección rítmica compuesta por Mike Star (bajo, voz) y Sean Kinney (batería), en agosto de 1990 harían su debut discográfico con Facelift, un álbum repleto de muy buenos temas como Man in the Box, Bleed the Freak o Sea of Sorrow, con el que firmarían su espectacular carta de presentación.

Producido por Dave Jerden y la propia banda, Dirt (septiembre de 1992) está considerada por muchos como su gran obra maestra, un disco marcado por el continuo y abusivo consumo de drogas; ello se nota en composiciones como Would?, Them Bones o Angry Chair, auténticos himnos generacionales donde abordaban temas tan escabrosos como la depresión, la angustia o el suicidio, que rápidamente conseguirían colarse en los primeros puestos de las principales listas de ventas norteamericanas, en buena medida gracias a la enorme difusión que recibirían de la MTV de todos sus vídeoclips.

Alice In Chains (noviembre de 1995) es el último disco de estudio grabado con Layne Staley, el canto del cisne de una banda que sabía que le quedaba poco tiempo de vida y que estaba dando sus últimos coletazos. Un trabajo quizá un poco menos heavy metal pero algo más grunge, que nos dejaría algunas perlas en cortes tan potentes como Grind o Again, aunque en temas como Heaven Beside You, también nos mostraban una vertiente mucho más acústica. Los grandes problemas derivados por el consumo de drogas y la posterior muerte por sobredosis de Staley (abril de 2002), daría por finalizada la etapa más fructífera y recordada en la carrera de Alice In Chains.